Alegres ciclistas, activismo por la feliciudad

No nos cansamos de hablar de la Feliciudad. Pero en el lema de 2o22, “Construyendo feliciudad a pedaladas” hay otra palabra muy importante: construir. Construir otra ciudad que es posible, a la medida de la gente que monta en bici o camina, desde las comunidades locales y con mucha participación ciudadana.
En estos años hemos constatado que hay algo único en la gente treintadiera como cicloactivista, como constructora de feliciudad, que podríamos resumir en estas siete virtudes:
- Confianza en que se pueden cambiar las ciudades creando vínculos comunitarios para la acción local e impulsando la cultura ciclista para hacer crecer la presión política.
- Sentido comunitario: creemos en las personas y en la fuerza de la comunidad como ariete para hacer realidad el cambio. Cada persona que subimos a la bici en abril es agente de cambio y parte de esa fuerza.
- Un compromiso con la ciudad ciclista inquebrantable. Del primero a la última, cada cual a su estilo. Desde Medellín a Barcelona, pasando por Albacete, Gijón, Bahía Blanca, Bogotá o Hermosillo.
- Un objetivo de cambio claro y ganas de cambio real: Trabajando por la Feliciudad a pedaladas desde las comunidades, las instituciones o el movimiento vecinal, con una voluntad de modificar las condiciones de existencia de la gente con la bicicleta como herramienta.
- Pasión por lo que hacen y una bicicleta para conectar con sus emociones.
- Paciencia y resiliencia porque cuando nos organizamos y luchamos unidas, las personas ganamos unas veces y perdemos muchas. Y esas “derrotas” son las que nos hacen crecer y renuevan nuestro compromiso con la lucha.
- Y sentido del humor, mucho sentido del humor para reírnos incluso de nosotros mismos y de las pequeñas derrotas que nos infligen cada día los enemigos de la feliciudad.

Alegres ciclistas, activismo por la feliciudad
La campaña 30 Días en Bici es una causa por la «promoción de la felicidad» (conecta, aprende, sé activo, aprecia, contribuye) y la RICBI30 una red internacional de potenciales feliciudades a este y el otro lado del Atlántico. No nos conformamos repitiéndonos la frase de Alexander Pope ‘Todo lo que es, está bien’ o la coletilla cuñadil ‘esto es lo que hay’. La ciudades deben cambiar y volver a su espíritu original de proyecto de felicidad colectiva, y este cambio de va a obrar desde abajo, desde las personas.
Liz Zeidler, una de las iniciadoras del proyecto The Happy City en Bristol, apuntaba a que la felicidad es interdependiente, y que una persona no puede ser feliz en una ciudad triste, tomada por los coches y sin espacios de encuentro y relación. Solo podemos ser felices si nuestra vecina o nuestro amigo son también felices y si vivimos juntos en una feliciudad que además de procurar las necesidades básicas, favorece y enriquece las relaciones personales.

Me gusta la idea
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Todos los días ando en bici