El Compromiso: Puertas abiertas al cambio personal

Foto de una alegre ciclista Limeña mostrando su Compromiso de 30 días en Bici: Puertas abiertas al cambio personal

En la Campaña 30DEB, la herramienta básica para lograr el cambio personal es “El Compromiso”. Lo radicalmente diferencial e innovador de El Compromiso, frente a otras acciones de promoción del uso de la bicicleta, es que se logra un cambio de conducta directo con la adopción del hábito tras 30 días de uso continuado de la bicicleta.

El cambio personal

Un cambio personal de hábitos es un proceso, más o menos largo y azaroso, en el que el cambio de pautas vitales aprendidas crea fricción y desgaste. Un giro importante en nuestra vida, como la adopción de la bicicleta como modo de transporte cotidiano, supone un salto fuera de la zona de confort que va creando una tormenta perfecta para el abandono del cambio deseado: surgen los  «tomarse un descanso», “una paradiña para reflexionar”, “necesito desconectar” e incluso podemos sentir la tentación de la rendición incondicional. Y entonces volvemos a la casilla de salida, la de los planes infinitamente postergados, los propósitos abandonados, etc. A la frustración que debilita la voluntad de poder.

El Compromiso proporciona un primer motor para la motivación inicial que se refuerza a medida que se hace camino hacia la meta. Lanzarse a la aventura del proceso de cambio, avanzar en la incorporación de la bici a tu vida cotidiana, aumenta la motivación, pero El Compromiso firmado es la clave para seguir adelante en los momentos difíciles.

Algunas personas quieren creer que “El compromiso” es innecesario o un artificio y que basta con la propia motivación y la inercia de los acontecimientos. Es una visión engañosa e incompleta. ¿Qué pasa si decae la motivación que nos empuja? ¿Dejamos de perseguir la meta sin más? La configuración de la campaña 30DEB se distancia radicalmente del “pensamiento mágico” que suponen esos eslóganes del querer es poder o que la fuerza de voluntad por sí sola elimina los obstáculos en el camino. Los #30DíasEnBici es un gran objetivo que nos puede motivar mucho en su inicio. Pero la campaña está configurada para afrontarla como una sucesión de pequeños logros diarios y no como una maratón con una única y lejana meta quizás inalcanzable. Cada día obtenemos logros en cascada, basados en las técnicas de innovación social que se ponen en práctica.

A lo largo de los días, cada alegre ciclista está explorando el camino hacia el propósito real que nos empuja: ser más feliz. Huyendo de porqués superficiales, pedalea por placer (la motivación intrínseca, la más duradera) y comparte cada día lo bueno y maravilloso de su experiencia íntima con el resto de la comunidad treintadiera. Esa potente corriente de información positiva es el gran valor de 30DEB que se protege con mimo cada minuto del día. Es el camino a la Flow Zone personal.

Imagen del Maestro Yoda invitando a seguir tu propia Flow Zone - El Compromiso de 30 días en Bici: Puertas abiertas al cambio personal

El Compromiso, un camino de cambio personal por la Flow Zone

En 1990 Mihally Csikszentmihalyi publicó “Flow”, un libro con una sola pregunta: ¿cuándo son felices las personas? Y lo que descubrió es que las personas tienen una percepción óptima de una experiencia cuando el nivel de los desafíos a los que se enfrentan coincide con su propio nivel de habilidad.

Esto lo experimentamos en el trabajo o en cualquier otra situación. Al tocar la guitarra, por ejemplo: si estás realmente comprometido con el desafío que tienes entre manos, el tiempo se vuelve irrelevante. Las personas incluso perdemos la noción del tiempo en el momento en que experimentamos estos altos niveles de rendimiento óptimo.

Y de esto deriva la tesis crucial de Mihally. Para aclararlo lo vamos a representar en una gráfica. En el eje horizontal representaremos nuestras habilidades y en el vertical, los desafíos. Los individuos obviamente tenemos diferentes niveles de habilidad para un nivel de desafío dado. Las personas siempre obtienen una recompensa cuando se enfrentan sus propios desafíos personales. Si se enfrentan a desafíos que son más difíciles que las habilidades que poseen, lo experimentan con ansiedad o estrés. En el otro lado del espectro, cuando las personas se enfrentan a desafíos que en realidad son demasiado fáciles para las habilidades que poseen, experimentan el aburrimiento.

Graica con modelo de Flow Zone - El Compromiso de 30 días en Bici: Puertas abiertas al cambio personal

Según Csikszentmihalyi hay un punto óptimo, exactamente en medio del estrés y el aburrimiento. Y eso es lo que él llamó The Flow Zone: el punto donde vive esta experiencia óptima de la persona cuando los desafíos se ajustan a su nivel de habilidades. El “Flow”, (literalmente “fluir o flujo”) es, en términos populares, ese estado de ánimo en el que uno no se preocupa por el tiempo, el riesgo, el dinero y las posesiones materiales, sino que decide relajarse y tomar la vida como viene.

El uso de la bicicleta encaja de lleno en las condiciones para que se de esta Flow Zone:

  • Hay una participación corporal y sensorial completa en la actividad que realiza.
  • Existen largos e ininterrumpidos momentos de concentración.
  • Hay objetivos claros en la actividad
  • La retroalimentación es directa e intensa.
  • Se realiza en un entorno con cierto nivel de riesgo (como casi todas las actividades humanas ¿no?): Quieres vivir un nivel bajo de ansiedad pero con la suficiente excitación.
  • Se experimenta una buena comunicación con los otros usuarios de las vías y reconocimiento en el entorno.
  • Se obtiene un elevado nivel de autonomía, sentida y ejercida.

En esta segunda gráfica vemos el itinerario de la persona comprometida para los #30díasenbici por la zona de flujo:

Gráfica del modelo de Flow Zone de 30DEB - El Compromiso de 30 días en Bici: Puertas abiertas al cambio personal

Tomemos a una persona comprometida, en una ciudad cualquiera. En su experiencia diaria, desde el primer momento, estas condiciones de flujo se dan en la realidad. El primer fin de semana pueden dar un paseo recreativo. Desde el lunes pueden probar a hacer recados en bici o a ir en bici al trabajo. Más adelante pueden combinar desplazamiento obligados al trabajo y gestiones con otros movimientos no obligados, recreativos, yendo en bici al cine, a oír un concierto o a tomar un café con sus amistades. El finde pueden iniciar rutinas de ocio familiar activo en bicicleta… Y esta experiencia progresiva, día tras día, siempre les sitúa en esa zona de flujo (the flow zone), viviendo su reto personal con otros muchos ciclistas diferentes que navegan en un entorno complejo y que, mientras lo hacen, tienen que interactuar. Tienen que negociar con todas las personas que los rodean. Tienen que enviar información a la gente, pero también tienen que recibir información. Y debido la las características de su vehículo pueden ajustar su ritmo, velocidad y trayectoria con sencillas maniobras muy precisas.

En sus 30 Días en Bici van a incrementar sus habilidades ciclistas al ritmo que se marcan sus metas ajustadas a un nivel de desafío asumido, situándose instintivamente en su propia experiencia óptima, su Flow Zone, asumiendo los desafíos que se ajustan a su nivel de habilidades.

Para finalizar, el “Flow” tiene una importancia capital en la experiencia ciclista, como siempre insistimos 30 Día en Bici, ya que está en la base de esa experiencia humana que nos transforma y nos configura como seres más libres y felices:

  1. Durante el flujo, el sentido del ego individual tiende a disolverse, dando lugar a una conciencia colectiva de altruismo (selflessness, en inglés). En la bicicleta, se siente la pertenencia a la comunidad en detrimento del individualista ego capitalista que nos oprime y aísla.
  2. La noción de tiempo pierde su poder opresivo en el estado de flujo, ya que se distorsiona y se adapta según las necesidades de la experiencia individual. Esto es un hecho visible cuando se estudian las malas estimaciones de los ciclistas sobre el tiempo que pasan sobre la bici en una ruta determinada.
  3. El tercer efecto del flujo es la aparente falta de esfuerzo. Al entrar en el estado de flujo, el cerebro libera neurotransmisores que reducen la sensación de esfuerzo (y dan felicidad), lo que genera esa sensación de que se puede continuar la actividad sin límites.

Lo que muchas veces se convierte en nuestro único deseo irrefrenable: no querer parar de pedalear y conquistar mas tiempo de ocio activo para el placer y la realización personal lejos del nebuloso y oscuro mundo del tener, comprar, vender y producir sin fin.

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