En busca de la Feliciudad

Con nuestro lema de 30DEB 2022, “Construyendo Feliciudad a pedaladas”, reivindicamos dos cosas. Primero, el espíritu del ágora griega y de la piazza romana para devolver las ciudades a quienes las habitan con la acción directa desde nuestras bicicletas, la ciudad de la felicidad. Y segundo, celebrar precisamente la acción diaria y cotidiana de los y las ciclistas que hacen la ciudad más feliz a pedaladas en todo el mundo.
La ofensiva neoliberal que vivimos ha colocado a las ciudades en un contexto competición internacional por los recursos. Los ayuntamientos son ahora promotores económicos centrados en desarrollar políticas para atraer inversiones y “trepar” en una jerarquía urbana, olvidando que se deben a las personas que viven en ella y dejando atrás a la gente más vulnerable.
Hay quien piensa que lo importante es la economía o el crecimiento y que la felicidad es una consecuencia. Y también quien considera que la felicidad es algo trivial frente a problemas como el cambio climático, la guerra, la pobreza o la desigualdad. Sin embargo, al final, lo que es claro y evidente es que la búsqueda de la felicidad es el motor del mundo.
Y eso nos recuerda el urbanista canadiense Charles Montgomery con su célebre frase “las ciudades surgieron como proyectos de felicidad colectiva”. La eudaimonia – un concepto clásico a caballo entre la felicidad y la plenitud – se despliega por completo en la vida urbana, como pensaba Aristóteles, donde cada individuo encuentra su máxima expresión como parte del ser social. Y ahí radica la importancia que cada alegre ciclista tiene: su práctica diaria – esas diarias y cotidianas pedaladas al trabajo o a las compras o de bares – , son la base de participación en la construcción de la ciudad feliz, en la búsqueda de la Feliciudad.

El Proyecto Ciudad Feliz de Bristol, una guía hacia la feliciudad
Bristol desarrolló el Proyecto Ciudad Feliz en 2015 para identificar qué y cómo hacía felices a bristolianos y bristolianas. ¿Tendrá algo que ver que Bristol sea la ciudad con más ciclistas de Gran Bretaña y que su alcalde fuera usuario de la bicicleta?
Pues bien, el proyecto identificaba cinco factores externos (trabajo, educación, cultura, salud y lugar, es decir, la casa, el barrio, el transporte, los espacios públicos, …) y seis factores internos (relaciones, comunidad, cuerpo, mente, propósito y autonomía). Y estudiando las condiciones de la ciudad y de cómo la vivimos, apuntaba al rediseño de los espacios públicos y sistemas de transporte para hacer a la ciudadanía objetivamente más feliz.
Sin mucho esfuerzo podemos ver cómo la bicicleta puede ayudarnos en la construcción de la ciudad feliz. Nos proporciona capacidad de acceso al trabajo, la educación y la cultura. Nos ayuda a relacionarnos con gente de nuestra o de otra generación y de lugares distantes. Nos brinda una actividad física diaria y cotidiana para mantenernos sanos y activos. Y también nos abre los ojos a otras realidades de la ciudad y por tanto nos estimula para ser más participativos, social pero también políticamente.
Este mes de abril vamos a tener la oportunidad de experimentar personalmente (y ver como miles de personas lo hacen también) como la bicicleta nos ayuda a pulsar las cinco claves del bienestar: Conecta, aprende, sé activo, aprecia, contribuye.

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