Mi papá y la bici
La última bici de mi papá era poco convencional, la recuerdo pequeña y parecía hecha de muchas piezas de otras bicis que habían pasado a una mejor vida, creo que le habían adaptado un asiento de motocicleta y era apto para llevarme a mí o a mi hermano en su asiento. Algunos domingos solíamos acompañarlo a su trabajo.
No creo poder decir que era seguro, pero sí era muy cómodo, con un asiento grande y suave. Recuerdo en especial esa bici porque aún la conserva, pero por su edad y temas de salud hubo un día que dejó de usarla.
Yo crecí, mi hermano partió muy lejos y la bici se quedó para el recuerdo. Sé que papá usaba el medio de transporte más económico que se podía permitir, era una forma de ahorrar cada sol posible en medio de una economía precaria sostenida por dos turnos de trabajo diario, que podían aumentar el flujo de ingresos para mantener a una familia de cuatro en vías de desarrollo, ciertamente lo éramos y nos asemejábamos a un país emergente.
Lo que no sé es si mi papá era consciente de que contribuía, con ese pequeño esfuerzo de pedalear, a un mundo más limpio y sano.
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Texto original del blog Alicia en el país de Leo
Escrito por Alicia Arenas